En el whatsapp del smartphone tenía un mensaje de voz de Anke, la directora de la biblioteca Semillas en Diriamba. Estaba interesada en conocer la historia de la escultura, que había en el lobby del aeropuerto de Managua, dedicada a Rubén Darío. Ya había buscado en Internet pero era muy poca la información disponible y pensó que tal vez yo podría aportar algo más.
Había visto la
escultura más de una docena de veces, como todos los viajeros que salen de
Nicaragua desde el aeropuerto internacional de Managua. Es imposible no fijarse
en ella. Se halla ubicada en el centro del gran lobby circular que da acceso a los
mostradores de Migración. Es un conjunto compuesto por ocho pilares de mármol blanco, que conforman un
octágono regular, sobre los que reposan ocho cabezas de mujeres realizadas en
bronce.
El interés por el grupo escultórico venía de una voluntaria alemana que colaboraba en la biblioteca. Estaba preparando su examen final en Literatura española, casualmente sobre Rubén Darío, y al llegar a Managua se encontró con esa escultura que despertó su curiosidad.
El conjunto escultórico tiene por título “Divagación”, en alusión al poema del mismo nombre de Rubén Darío, incluido en el libro Prosas Profanas. Fue realizado por Maruca César de Gómez (1923-2021), una artista nicaragüense de larga trayectoria nacida en Granada, para ser situado en el lobby del aeropuerto en el año 2007. Hasta aquí la información que se puede hallar en Internet, pero Anke y su amiga querían entender la relación que había entre la escultura, el poema de Darío y el aeropuerto.
Para responder a esa inquietud tuve que ponerme en contacto con un amigo que tenía en la junta directiva del INCH (Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica), alguien que había tenido el honor de conocer a la escultora recientemente fallecida. Fue él quien me contó que, al realizar esa escultura de encargo para el aeropuerto, Maruca había querido destacar el ambiente cosmopolita que puede hallarse en ese lugar, ya que si uno se detiene a observar las cabezas de bronce verá que cada una de ellas tiene diferentes rasgos faciales que reflejan la diversidad étnica del ser humano. Un cosmopolitismo que está plasmado en el poema de Darío, donde en versos endecasílabos se evoca un catálogo de figuras femeninas de diversas etnias y épocas con una tendencia a lo universal, lo exótico y al amor carnal. De manera que universalidad y cosmopolitismo, junto con la belleza, son las características que unen el poema, la escultura y el aeropuerto, donde en la misma sala se pueden observar doce relojes marcando la hora en diferentes ciudades del mundo.
Me fue describiendo la forma en que Maruca ejecutó las cabezas en su taller de Managua. Modelando primero el barro a partir de fotografías, para luego terminar de completar los detalles más finos utilizando modelos vivos. Después de concluidas hacía el molde y la figura en yeso y, finalmente, era en Costa Rica, en la Casa Fage, donde se llevaba a cabo el proceso de fundición en bronce.
Fue la segunda escultura que la artista hizo tomando como referencia a Rubén Darío y su obra --me explicó. --La primera fue la del rey y su hija, basada en el poema que empieza "Margarita, está linda la mar", y que fue regalada por la comunidad nicaragüense a Costa Rica. Después de las cabezas, hizo el monumento con la cara de Darío, que puede verse en la ciudad de Granada. La última fue la escultura que representa a San Francisco y el lobo, eje central del poema “Los motivos del lobo”, situada en la entrada de la Iglesia de San Francisco en León.
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