domingo, 21 de febrero de 2021

Rubén Darío en Alicante

 Durante unos pocos días, en el transcurso del verano de 1914, estuvo Rubén Darío en Alicante, una bonita ciudad del levante español. En ese tiempo vivía en Barcelona, a unos 540 kilómetros de distancia, pero su salud estaba ya bastante deteriorada, por lo que viajó hasta allí con la intención de hacerse reconocer por el afamado médico alicantino Ricardo Ayela. Sus problemas con el alcohol ya le habían causado una cirrosis atrófica que acabaría con su vida dos años más tarde.

Durante su estancia en la ciudad se alojó en el número 55 de la calle San Fernando. Allí residían Ricardo Trigueros y su esposa Julia Contreras, hermana de Rafaela, la que fuera primera mujer de Rubén Darío y madre de su primer hijo. Es probable que fueran ellos quienes le indujeron a realizar este viaje.

Gracias a las gestiones de la familia política de su cuñada, lograron conseguir una cita en la consulta del Doctor Ayela. Según contó el cronista de la provincia, Vicente Ramos, en el diario ABC, nada se sabe de lo que le recetó el médico, ya que nada trascendió de aquella visita.

Desde entonces la ciudad de Alicante ha rendido homenaje al poeta nicaragüense en diversas ocasiones y circunstancias.

La primera vez se produjo en 1955, cuando la Corporación Municipal le dedicó una pequeña calle en el hoy denominado Barrio de Miguel Hernández.

El segundo homenaje tuvo lugar en el año 1974, cuando el Cónsul General de Nicaragua en España Pedro Peñalver cedió a la ciudad un busto de Rubén Darío para que fuera instalado en un parque público. Era una escultura en bronce realizada por el escultor Santiago de Santiago (famoso escultor que por encargo de la embajada nicaragüense realizó cuatro esculturas de Rubén Darío, que fueron instaladas en las ciudades de Cádiz, Ávila, Segovia y Alicante). El busto fue colocado en lo alto de un pedestal y el 24 de julio de ese mismo año el embajador de Nicaragua Justino Sansón, junto al alcalde Francisco García-Romeu procedieron a descubrirlo en los jardines de lo que hoy se conoce como Paseíto de Ramiro. El progresivo abandono del Paseíto y los ataques vandálicos que sufrió el monumento llevaron a su retirada definitiva en 1985. En 2009 fue incluido en el Plan de Rehabilitación de Esculturas y fue recolocado de nuevo el 11 de noviembre de ese mismo año en la nueva plaza.

“Como es habitual, en esta ciudad nada recuerda el paso de Rubén Darío por Alicante, ni siquiera su monumento”Señala Alfredo Campello en un artículo publicado en el diario Alicante Plaza, el 1 de marzo de 2018

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