- Fue un poeta fue muy prolífico, que a lo largo de su vida
publicó, en numerosos diarios y revistas dispersos por todo el mundo latino,
poemas a los que luego perdía la pista.
- Con frecuencia para contentar a sus admiradores, en
fiestas y celebraciones, escribía sus poemas en abanicos o en el típico álbum, aprovechando su enorme
capacidad para la improvisación.
- Atraídos por ese vasto tesoro oculto, han sido muchos los
estudiosos de su obra que han expurgado en los periódicos de la época buscando
esos poemas perdidos.
Por
ello no es de extrañar que a lo largo de los últimos cien años se han
encontrado decenas de nuevos poemas que eran desconocidos o que ya estaban
olvidados aunque, por las razones enunciadas, la mayoría de ellos eran de poca
o ninguna calidad; como diría Regino Boti, uno de los mayores recopiladores de la
obra dispersa del poeta, muchos de ellos son poemas de ocasión y nunca deberían
de haber salido del ámbito privado, festivo y casual en que fueron escritos, ni
formar parte de ninguna antología y mucho menos merecían compartir páginas con
los bellos poemas que habían dado tan merecida fama al poeta nicaragüense. Están ahí porque son de Darío y poco favor le
hacen. Sin embargo, a pesar de esta contundente declaración, el mismo Boti no pudo sustraerse a cometer la
misma indiscreción que denunciaba y, de forma continuada, entre 1920 y 1923
publicó tres libritos con recopilaciones de estos poemas: Hipsípilas, El Arbol del rey David, Para Hipsípilas, aunque la
mayoría de ellos no eran exactamente inéditos, ya que habían aparecido en
diarios y revistas cubanos, de donde él los recuperó.
Otras
dos fuentes a tener en cuenta son:
-
el libro: “Poesías inéditas de Rubén
Darío. Edición de Ricardo Llopesa”
donde se halla casi medio centenar de poemas recogidos entre 1967 y
1987.
-
el artículo. “Darío: doce poemas inéditos” de
Jorge Eduardo Arellano. Publicado en Ínsula: revista de letras y
ciencias humanas, Nº 699, en 2005
También
en “El cuaderno de hule negro”, un cuaderno escolar que utilizó Darío a partir
de 1906, pueden encontrarse anotaciones a mano de algunos poemas en
construcción, varios de ellos inéditos en el sentido más preciso del término.
De
este último se ofrece el siguiente poema, con la corrección que hace el mismo
Darío:
Oblaciones
Si tuviera dos corazones
yo mandara dos oraciones
que serían, la una, dos;
pues mi corazón, dulce y franco,
no confunde en su fondo blanco
a los dos dioses siendo mi dios.
………………………………………………….
La
primera definición de inédito en el diccionario de la real academia de la lengua
española es escrito y no publicado. Inédito es también desconocido,
nuevo.
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