Solo en una ocasión estuvo el
poeta nicaragüense en México, entre el 5 y el 12 de septiembre de 1910, en su
viaje frustrado para asistir a las celebraciones por el centenario de la
independencia mexicana. Formaba parte de la delegación que Nicaragua enviaba
al evento.
Pero Darío se mantuvo muy
conectado con México a través sobre todo de dos grandes amigos, Amado Nervo y
Alfredo Ramos Martínez. Éste último fue un reconocido pintor mexicano al que conoció
en París en 1901, y con el que compartió hasta 1909 la vida parisina, sus
experiencias artísticas y mundanas. Alfredo Ramos es considerado el padre de la pintura
moderna en México y precursor de los afamados muralistas mexicanos, Rivera,
Orozco y Siqueiros.
En 1966, con motivo de
celebrarse el cincuentenario del nacimiento del poeta nicaragüense, la
administración de correos de México tomó la decisión de emitir un sello postal
en homenaje a Rubén Darío.
Para el diseño del sello se
eligió un retrato del poeta, pintado por Alfredo Ramos Martínez, De esta
circunstancia se hace eco la Sociedad Filatélica de México, que en su Boletín
número 39, correspondiente a 1966, informa también de que en esas fechas el cuadro
formaba parte de la colección personal de Carlos Pellicer, poeta, escritor,
museólogo, fervoroso dariano y coleccionista de arte prehispánico.
El sello se puso en
circulación el 17 de marzo de 1966, con un valor facial de 1.20 pesos y una
tirada de 500.000 unidades.
El encargado de realizar el
grabado, en la placa de impresión que se utilizó para imprimir el sello, fue Salvador
Pruneda, quien fuera periodista, miembro fundador del diario Excelsior,
escritor, ilustrador y pionero del cine en México, y que ya había realizado
algunos encargos de este calibre para el correo mexicano. El resultado es un
excelente trabajo, en el que destaca el trazo limpio y la armonía del dibujo,
características que ya aplicó en su famoso dibujo sobre Benito Juárez para otro
sello postal.
De esta manera, el sello
dedicado por México a Rubén Darío, se convierte en una obra de arte sobre otra
obra de arte. Y así lo reconoce la Administración de Correos, que imprime al
pie del sello los nombres de los dos artistas, S. Pruneda y Ramos Martínez.
Carlos Pellicer falleció en
1977, y desde entonces el retrato de Darío, que sirvió para componer el sello
postal, permaneció fuera del ámbito público. De hecho, hasta ahora, no existía
en Internet ninguna foto o descripción del cuadro. Llama la atención que, entre
las casi cuatrocientas obras que componen el catálogo de Alfredo Ramos, tampoco este cuadro está registrado. Hasta
que recientemente reaparece expuesto en la Universidad de Oslo. A esta
institución académica fue donado en 2017 por Juan López Pellicer, sobrino de
Carlos Pellicer y catedrático emérito de literatura hispánica en esa
universidad noruega.
Al contemplar el cuadro, del
que el sello postal es una copia estilizada, llama la atención que su estilo
corresponde a una época tardía del pintor, probablemente de fecha posterior a 1920.
Por lo tanto, cuando lo pinta, ya hace tiempo que Darío ha fallecido, y lo
representa en una etapa de madurez, destacando en él su fuerza expresiva y un carácter firme y decidido. Si observamos la
dedicatoria “A mi amigo Carlos Pellicer, hermano
de Rubén” puede pensarse que o bien fue
un encargo personal o un regalo que el pintor quiso hacer a un amigo del que
conocía su admiración por la obra de Darío.
La primera referencia que se
tiene de un encuentro entre ambos, sucede con motivo de celebrarse en 1921 la
asamblea para constituir la Federación de Intelectuales Latinoamericanos, en
octubre de ese año, auspiciada por José Vasconcelos. Ambos son firmantes del
documento. En ese momento Carlos Pellicer tenía 24 años y Alfredo Ramos 50 años.
Unidos por un mismo ideal estético y político, es de suponer que, como se
desprende de la dedicatoria, llegaron a consolidad una buena amistad.
Puede decirse que esta es la
primera vez que el retrato de Rubén Darío está disponible para la
contemplación pública y que puede así mismo verse en Internet. Para quienes no tenemos la
oportunidad, a corto plazo, de ir a Oslo, podemos ahora conocerlo y disfrutarlo
en este blog, gracias a la gentileza de Julián Cosmes Cuesta, que ha proporcionado esta información y las
dos fotografías que acompañan el texto.
Si quiere conocer los otros retratos que Ramos Martínez pintó sobre Rubén Darío, se recomienda leer el artículo de este blog Ramos Martínez, el pintor que hizo tres retratos de Darío
Si quiere conocer los otros retratos que Ramos Martínez pintó sobre Rubén Darío, se recomienda leer el artículo de este blog Ramos Martínez, el pintor que hizo tres retratos de Darío
Referencias
Carlos
Pellicer (1897 – 1977) poeta, escritor, museólogo, fervoroso dariano que
siempre reconoció su deuda con el poeta nicaragüense y un afamado coleccionista
de arte mexicano prehispánico.
Diario El Sol, Madrid, 29 octubre 1921 (Se hace eco de la Asamblea donde se constituye la Federación de Intelectuales Latinoamericanos)
Diario El Sol, Madrid, 29 octubre 1921 (Se hace eco de la Asamblea donde se constituye la Federación de Intelectuales Latinoamericanos)
Salvador
Pruneda (1895 - 1985) fue el diseñador de una gran cantidad de sellos postales entre los años
1965 y 1974, por encargo de la Administración del Correo de México. En 1914 se
incorporó a las tropas constitucionalistas, obteniendo el grado de Mayor. En
1917 fue fundador del periódico Excelsior.
Trabajó en The Times, La Opinión y
Examiner. En 1926 hizo una película de caricaturas mexicanas para el
departamento de Salubridad, que fue la primera cinta hablada. Fue caricaturista
del periódico El Nacional, donde creó su famosa tira cómica Don Catarino y su familia. Es autor del
libro La Caricatura como arma política (INEHRM,
1965)
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