martes, 15 de enero de 2019

Ruben Darío, autor teatral

El 30 de julio de 1912, el diario La Nación publicó el siguiente suelto: "Nuestro corresponsal de Montevideo  (Enrique García Velloso) transmitió hace días la noticia de que Rubén se había comprometido con el empresario Guillermo da Rosa a escribir un poema dramático para la actriz española Rosario Pino. Sabíase hasta ahora que el poeta había dado cita en París al susodicho empresario a objeto de combinar todo lo referente a la 'mise en scene' de su obra y que inmediatamente comenzarían en Madrid los ensayos de la misma bajo la dirección de la señora Pino”.

Sorprendente noticia, que requiere alguna explicación sobre la manera en que se gestó ese compromiso y cuáles fueron las circunstancias que lo hicieron posible. En esas fechas Darío se encontraba en Uruguay, en su viaje de promoción de la revista Mundial, acompañado por el editor Adolfo Guido. Aprovechando su estancia en la capital, El Ateneo  le ofreció una recepción el 17 de julio, en la que leyó su Canto a Montevideo, mientras que la actriz española Rosario Pino, que se encontraba entre los participantes, recitó el prólogo de Los intereses creados, de Jacinto Benavente.

La amistad entre Darío y Rosario Pino, se había ido consolidando a través de la relación de amistad que ambos mantenían con Jacinto Benavente; ya que por un lado el dramaturgo fue el primer amigo de Rubén a su llegada a España a finales de 1898, mientras que Rosario Pino era la actriz predilecta de Benavente, a la que siempre daba a estrenar sus obras. Hay que esperar que en este encuentro en Montevideo entre el poeta y la actriz hablaran de sus amigos comunes y recordaran las circunstancias en que se conocieron en 1899, cuando Rosario Pino junto a Jacinto Benavente y varios amigos mas deciden ayudar a Valle-Inclán, otro compañero habitual de Darío, a poner en escena la que fue su primer obra dramática, Cenizas, con el fin de procurar fondos para comprarle un brazo ortopédico que supliera su recién perdido miembro. El estreno fue un fracaso de público y Valle-Inclán nunca usó el brazo que le regalaron.

Pero, a pesar del fracaso de sus primeras obras, Valle-Inclán no cejó en su empeño de escribir para el teatro; y precisamente entre 1910 y 1912 estaba estrenando tres obras nuevas en distintos locales de Madrid.

Además estaba reciente el artículo que Jacinto Benavente, por cuya obra teatral sentía Darío una profunda admiración, había publicado defendiendo la pluralidad de formas en el género dramático, y donde hacía un rotundo llamamiento a los poetas para que se incorporaran al ámbito teatral, reivindicando el legado de Shakespeare, para así evitar que el teatro fuera engullido por el estilo más directo del cinematógrafo, argumento que Darío le había podido escuchar en las frecuentes tertulias mantenidas en los cafés madrileños.

Todas estas coincidencias, se hicieron patentes en su conversación con la actriz y parece que estimularon de nuevo en el poeta nicaragüense su deseo de escribir una comedia. Algo que queda reflejado en el mismo artículo de prensa, que continúa diciendo: “Rubén Darío escribirá una obra de teatro en el más amplio sentido de la palabra. No será un poema que finque su éxito en el elemento verbal ni en la musicalidad de las tiradas. Su obra tendrá interés dramático; vale decir que habrá en ella asunto, conflicto y situaciones. Ya se ha dicho que se titulará el poema La princesa está triste, y que el tipo de la protagonista surgirá transfigurado de la deliciosa composición que con el título de "Sonatina" figura en Prosas profanas. La acción se desarrollará en Andalucía durante los últimos años de la dominación musulmana. En aquel escenario suntuoso, lleno de vistosidad cautivante, crea el conflicto pasional de su poema Rubén Darío. El prólogo, que ya está escrito, resulta un alarde de poeta, dueño de un idioma que le responde íntegramente a la musicalidad de los ritmos más extraños. La obra se dividirá luego en tres actos, llenos de interés dramático, de gracia poética y de emoción, según se afirma. En Buenos Aires, pondrá Darío la sacramental frase "telón" a La princesa está triste. Su deseo es hacer teatro poético a la manera de Zorrilla, esto es, fundiendo los prestigios líricos con el interés escénico y supeditando la tirada a la situación ficticia que rompe la unidad del asunto".

El mismo Enrique García Velloso vuelve a incidir en este asunto  cuando publica en la revista Caras y caretas, n. 722, del 3 de agosto de 1912 la siguiente reseña: “Desde que Rubén Darío prometió a Rosario Pino escribirle una obra dramática, se está discutiendo en los círculos literarios de aquí (Buenos Aires) y de Montevideo si el admirable portalira de Cantos de Vida y Esperanza sabría triunfar en el teatro”.

Algunos autores señalan que el propio García Velloso colaboraría en la obra, como parece sugerir la carta que el poeta, le escribe un viernes de agosto desde Adrogué: "Mi querido Enrique: Para reposo justo, me he venido a casa de Mr. Vale. Lo sabe por cualquier cosa que sea precisa. El suelto de La Nación ha estado muy bien; pero El Diario hasta este momento no ha dicho nada. No descuide lo que es de su absoluta autocracia: es decir, teatro y detalles, porque, innegablemente, es V. para ello el único. Creo, si Dios quiere, que mañana, no será mal día. Hasta pronto. Suyo. Rubén Darío". Incluso llegan a señalar que ambos habían ya precisado la época en que transcurriría la acción, sobre su ambiente y el estilo que convenía a la versificación del poema dramático, ya que  Rubén Darío aceptaba de buen grado los consejos de García Velloso, a quien consideraba, como hombre de teatro, dueño de los secretos del oficio y en quien reconocía su alta dignidad.

Todavía el diario de Madrid,  El imparcial, publica un suelto en su número del día 8 de enero de 1913, cuatro meses después, en el que señala que: “La compañía Rosario Pino emprenderá muy pronto su excursión por más allá de las fronteras españolas y se presentará, al público parisiense en el teatro de la "Renaissance», donde estrenará una obra en verso de Rubén Darío”.

Los motivos por los que nunca se estrenó la obra hay que buscarlos en el hecho de que nunca hubo constancia de que se llegara a escribir.

Algunos datos de interés:

- Rosario Pino, nacida en Málaga en 1871, fue una de las más brillantes actrices del primer tercio del siglo XX en España.

-  Benavente fue un dramaturgo español de gran éxito, renovador del teatro en español y premio nobel de literatura.

- Enrique García Velloso fue un dramaturgo argentino, director de cine, director de teatro y guinista. Llegó a escribir más de cien obras teatrales. 

- Ruben Darío, estrenó una obra teatral de juventud, titulada Cada oveja..., que se ha perdido.

- Juan José de Urquiza, en el libro La amistad de Rubén Darío y Enrique Garcia Velloso, ofrece algunos datos interesantes sobre esta historia.

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